Frágil Infinito
Una espiral de espejos quebrados se despliega como un umbral. No se trata solo de mirar, sino de caminar, habitar la grieta, y dejar que el cuerpo dialogue con los fragmentos. Cada paso dentro de esta instalación es un acto de coraje: avanzar entre reflejos rotos que no devuelven una imagen completa, sino múltiples verdades.
El espejo, símbolo de autoconocimiento, aquí se muestra herido. Pero no por eso pierde su poder. Al contrario: en la ruptura, se multiplica. Nos invita a aceptar que no hay una sola forma de ser, que también somos las partes dispersas, las versiones de nosotras que creímos dejar atrás, los sueños que se fracturaron y aún así siguen brillando.
La espiral —forma ancestral, orgánica, presente en las conchas marinas y en las corrientes del océano— nos envuelve en su movimiento. Como el mar, esta instalación nos lleva hacia adentro y hacia afuera a la vez. Fluir entre los espejos es recordar que toda transformación auténtica nace del caos, de lo fragmentado, de la valentía de seguir buscando reflejo incluso entre los restos.
Aquí, cada fragmento refleja un pedazo de alma. Y el conjunto, aunque roto, compone una cartografía luminosa de lo que somos: cuerpos en tránsito, identidades en permanente marea.
Fotografía Guiliana Rapaccini
Artista, Directora y Creadora de Instalación.
Instalación de Arte Site-Specific, Barcelona
Creación a gran escala utilizando espejos desechados, integrando materiales con conciencia ecológica, dirección escénica y narración audiovisual.
Fotografía Nati Petri
MAREA DE INSTROSPECCIÓN
Eterno diálogo entre la identidad y la transformación.
Mirarse en el espejo es mucho más que observar un reflejo. Es un viaje hacia el fondo de uno mismo. Es el instante en el que se desenmascaran las dudas, los sueños y los miedos, y nos encontramos a solas con la verdad que habita tras la superficie.
Frente al espejo, la mirada atraviesa el vidrio y nos confronta con aquello que somos, con todo lo que ocultamos, incluso de nosotros mismos.
Es un diálogo silencioso con la conciencia, un acto de valentía. En ese encuentro íntimo, descubrimos las sombras que nos acompañan y las luces que nos guían, como un mapa de lo que fuimos y lo que anhelamos ser.
Mirarse en el espejo es, a veces, aceptar las cicatrices; otras, encontrar una nueva historia en la profundidad de nuestros ojos. Y es, siempre, un recordatorio de que somos un constante descubrimiento.
Vinilo adhesivo sobre algodón
80 x 120 cm
AQUÍ Y AHORA
Suspendida en este universo invertido, me entrego a la esencia de
El Colgado,
que me invita a ver la vida desde perspectivas nuevas y a habitar plenamente este instante. En esta entrega, donde el suelo se eleva hacia el cielo y las raíces se anclan al infinito, encuentro una forma de presencia: el aquí y ahora, donde el sacrificio no es pérdida, sino aceptación, donde todo cobra sentido cuando dejo de resistirme al fluir del momento.
La espiral de corteza se eleva, recordándome que crecer a veces significa despojarse de las certezas y abrirse al misterio.
En este espacio sagrado, hago raíces hacia el cielo, aferrada a lo intangible: sueños, amor propio, y la quietud del presente.
Porque en este suelo invertido, florezco al revés, enraizando en la realidad de cada respiración, consciente de que lo único que realmente poseo es este instante.
Instalación creada durante mi residencia artística en "Heaven can wait" Barcelona - Octubre 2024
Fotografía y edición Nati Petri
CICLOS
Instalación viva concebida como un acto colectivo de presencia y pertenencia. Una espiral humana, trazada en el paisaje rural, que encarna el ciclo eterno de la vida: nacimiento, muerte y renacimiento.
Esta obra se enraíza en el cuerpo, la memoria y la comunidad como materia viva. Setenta personas forman un gesto común que recuerda que, sin comunidad, no hay territorio, ni transmisión, ni futuro posible.
En este ritual contemporáneo, la tierra deja de ser fondo y se convierte en centro: un lugar donde el arte no se instala, sino que florece en diálogo con quienes lo habitan.
Video drone Carlos García Encinas
Fotografía de Pablo Gonzalez
Instalación viva con 70 participantes en Segovia, España.
Espiral que unió performance, cuerpos y ritual colectivo.
Ejercí como productora y directora artística, coordinando un equipo de 70 personas en logística, vestuario, movimiento escénico y documentación.
METAL MERMAID
La figura de la sirena encarna la seducción; tradicionalmente, su canto ha buscado cautivar y atraer a otros. Sin embargo, en esta interpretación performativa, la sirena no desea atraer miradas ajenas, sino convocar su propia fuerza interior.
Se revela así no como un símbolo de deseo externo, sino como un acto profundo y genuino de amor propio.
Performance
En Groc Studio
Junio 2024
VÉRTIGO
VÉRTIGO III, 2024
LAND ART.
Mi continuo viaje de crecimiento
y transformación
VÉRTIGO II, 2024
FRENTE AL MAR. Punta Umbría - Huelva.
Le presenté mi obra al océano, eterno guardián de mis secretos.
Por un instante, me encontré transformada frente a su inmensidad, yo, un suave susurro en la arena.
VÉRTIGO I, 2023
Vértigo es una escultura textil en movimiento, una espiral de 20 metros que crece, se expande y se transforma en un diálogo continuo con el cuerpo y la memoria. Concebida tras un periodo de profundo dolor, esta obra nace de la urgencia de confiar en el proceso, de sostenerse a pesar del abismo, de encontrar un ritmo propio en medio del caos.
Cada puntada es un acto de resistencia. Cada hilo, una afirmación de valentía.
Tejer Vértigo fue un gesto de reconstrucción, de coser y recoser el miedo hasta convertirlo en mi fortaleza. Pero la obra no se detiene en su materialidad: cobra vida en la acción, en la presentación en vivo, donde me enfrento a la espiral, la sostengo, la recorro, la transformo.
Mi cuerpo dialoga con la estructura flexible creada, transitando mi ciclo del vértigo hasta mi liberación total.
El clímax de la obra llega cuando, tras habitar plenamente la espiral, la recogo y la dejo ir.
Es en ese instante donde Vértigo se convierte en un mensaje universal de superación: la certeza de que, incluso en los momentos más oscuros, existe la posibilidad de volver a encontrarse, de sostenerse a sí mismo y de, finalmente, soltar.
Sostener la cuerda del abismo,
enredarme en su danza,
caer sin caer.
Todo gira,
pero mis manos siguen tejiendo,
siguen cosiendo la herida invisible
que se extiende,
que respira,
que crece conmigo.
La espiral me envuelve,
me traga,
me nombra,
pero no me posee.
La recorro, la enfrento,
la transformo con el cuerpo.
La hago mía.
Y cuando el vértigo deja de gritar,
cuando ya no me doblo,
cuando la corriente es solo brisa—
la suelto.
Y me quedo en pie.
Escultura textil - 20 metros
Diferentes tejidos recuperados como algodón, seda y poliester. Cosida y ensamblada a mano con hilo y aluminio.